Las reformas completas de viviendas son una excelente oportunidad para darle a estas un aspecto totalmente renovado. Esta clase de proyectos son una inversión en la comodidad y satisfacción, pero debido al tipo de trabajos que deben llevarse a cabo, pueden llegar a convertirse en la causa de diversos problemas.
En este sentido, cuando se realiza una reforma (parcial o completa) es indispensable tener en cuenta dos elementos: los vecinos y las autoridades públicas. Una buena planificación de las obras de construcción no solo se basa en la realización de presupuestos, compra de materiales y diseño de estructuras.
Además de tales aspectos, es preciso que en toda reforma de vivienda se asegure el cumplimiento de las normas que regulan dicha actividad. Esto implica reunir la documentación requerida para obtener la autorización, presentarla ante el organismo correspondiente y, de ser el caso, pagar los impuestos que pudieran derivarse de la solicitud de permiso.
De igual forma, es importante tener presente que en las reformas suele emplearse maquinaria que genera ruidos y otras molestias a los vecinos. En consecuencia, la buena marcha del proyecto requiere que se observen los horarios establecidos por la ley y que se apliquen las medidas más prudentes para minimizar al máximo los inconvenientes derivados de su uso.
Otro aspecto que puede causar inconvenientes tanto con los vecinos como las autoridades, son los desechos. Las reformas completas tienden a generar muchos escombros, que de no ser gestionados apropiadamente pueden ser la causa de conflictos con los miembros de la comunidad, con otras personas que se sientan afectadas por ellos y con los organismos públicos.
La forma más eficaz de evitar tales inconvenientes es cumplir con la ley. Esta es la mejor garantía de que ninguna persona podrá impedir la terminación de la reforma. No obstante, también es recomendable mantener el buen trato, a fin de asegurar la tranquilidad durante la ejecución del proyecto.
